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    |  |  Mucho se ha  discutido sobre le verdadero origen de los autos Sport Nacionales, y algunos  indican que el pionero fue el “Anticristo” un sport sobre chasis Arauz que  Enrique Díaz Saenz Valiente corriera en  el CAS en los primeros años 50.
 Su origen  mas mencionado es la idea pionera de Edgardo Boschi (mas Mutio y Vignoles), es  decir los primeros Lotus Seven fabricados bajo licencia.
 
 Como  sea  la semilla ya estaba sembrada, el  árbol comenzaría a crecer y daría sus frutos.
 
 Ya bien  entrados los setentas surgieron más proyectos, como el GPA y el primer Benjamín  de Iriarte, pero se podría decir que la edad de oro de este movimiento fueron  los años 80.
 
 El éxodo  masivo de autos “pura sangre” producto del desinterés interno y del violento  aumento de cotizaciones hizo que la necesidad de conducir un auto sport fuera  satisfecha con esta variopinta producción local. Esto sumado a una incipiente  actividad para estos vehículos, en el Club de Automóviles Sport primero, luego  en APAS (alguien algún día deberá contar la historia de APAS) y más tarde de  regreso en el CAS, hizo que la oferta de estos autos se multiplicara.
 
 El Antique de Gaggino, tal vez el de  criterios de producción mas “industriales”, los Eleven y Jaguar C de  Iriarte, los Cobra de Bessia, los Rocha Vintage del inolvidable Pichón,  las ASA Monofaro y 300 S de Néstor Salerno, los autos de  JVA, las Mara o los más enfocados en  competición Crespi SP son algunos  ejemplos y seguramente estamos dejando alguno afuera.
 
 El CAS fue  y es fundamental en el desarrollo de estos autos. Dándose un caso único en el  mundo ya que estos autos fueron desarrollados por socios del club, desde el  club y para participar en el club.
 
 
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